La industria militar es una de las más punteras del mundo. No es de extrañar ya que la seguridad de las naciones depende de ella. Es por esto que la competencia dentro del sector es feroz. Para superar a la competencia y vender nuestros productos debemos aplicar las mejores y más avanzadas técnicas a nuestro  alcance, entre las que se encuentra el growth hacking.

El growth hacking busca realizar pequeñas pruebas, llamadas experimentos para comprobar qué estrategias funcionan y cuáles no. Estas pruebas se caracterizan por su bajo coste y tiempo de ejecución. Esto permite comprobar un gran número de estrategias en muy poco tiempo sin desperdiciar recursos. De esta manera se pueden seleccionar las mejores y centrarse en ellas para crecer.

En primer lugar es necesario tener claro cuales son nuestras métricas clave, es decir, aquellas que nos permiten crecer más. En el sector militar ejemplos de métricas clave podrían ser: número de contratos con el gobierno, concursos públicos ganados, ventas a grupos de contratistas militares, ventas a particulares…

Una vez conozcamos nuestras métricas clave deberemos establecer objetivos en busca de que aumenten o disminuyan según nos convenga. Dichos objetivos deben de ser SMART (específicos, medibles, alcanzables, relevantes y temporales). Ganar dos concursos públicos anualmente podría ser un objetivo SMART.

Tras esto estudiaremos cuales son nuestras palancas de crecimiento, es decir, de qué formas podemos conseguir nuestros objetivos. Para comprobar si efectivamente nos acercan a los objetivos marcados realizaremos experimentos.

En el sector militar la adaptación al cliente es vital. Dependiendo de la zona geográfica, situación política y reglas de enfrentamiento habrá productos que encajen a la perfección o que por el contrario no tendrán utilidad. Para experimentar y descubrir formas en las que crecer debemos hacernos preguntas como las siguientes

• ¿Son nuestros productos generalistas o están centrados en un nicho?
• ¿Funcionan mejor los productos de nicho que los generalistas?
• ¿Cumplimos con los requisitos necesarios para entrar en concursos públicos?
• ¿Tenemos facilidad para conseguir contratos con empresas de seguridad privada?
• ¿Podemos vender nuestros productos a departamentos de policía?
• ¿Podemos vender nuestros productos a civiles en determinados países?
• ¿Podemos modificar nuestros productos para que sean legales para uso civil o policial?

Responder a estas preguntas mediante experimentos nos llevará a aprender qué funciona y que no. Deberemos anotar y documentar los aprendizajes de modo que podamos consultar los resultados en un futuro y consultar qué acciones funcionan y cuáles no. A la larga esto dará lugar a una gran bibliografía en la que podremos desarrollar estrategias más eficaces que las anteriores.

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