Aunque todo el mundo habla de "growth hacking" (hay sitios web, guías y cursos en línea sobre este tema), nadie parece estar de acuerdo con lo que eso significa exactamente, especialmente cuando se aplica la metodología a la industria de la arquitectura y arquitectos independientes.
Según Andrew Chen, "los Growth Hackers son híbridos entre marketers y desarrolladores que se concentran en responder a la pregunta: ¿Cómo obtener clientes para mi servicio?" y trabajar a través de pruebas A/B, páginas de destino, factor viral, cambios en las estrategias del correo electrónico y otros impulsores para ver cómo atraer a estos clientes de la manera más conveniente y, a la vez, la más barata.
Parafraseando a Sean Ellis, el empresario y bloguero que acuñó esta frase: “Un growth hacker no va a reemplazar a un marketer. Un growth hacker no es mejor que un marketer, simplemente es una persona cuyo verdadero norte es el crecimiento". Sin embargo, tal vez eres un arquitecto independiente o bien recién has abierto un despacho de arquitectura y te preguntarás: ¿cómo implementaremos el growth hacking para una empresa de arquitectura?
Existe una metodología simple pero increíblemente poderosa que, si se toma en serio, puede traernos nuevos proyectos y clientes para nuestro estudio de arquitectura, así como posicionarnos entre los mejores despachos arquitectónicos. Siempre debemos comenzar por establecer un objetivo, o una meta. Un objetivo puede ser ganar una nueva licitación, pero también podría estar relacionado con empresas o clientes corporativos o vender directamente a grandes constructores. Cualquier tipo de forma tangible de obtener ingresos o hacer crecer el despacho de arquitectura debe convertirse en uno de los KPI (indicadores de rendimiento) principales, y luego este KPI se especifica en forma de objetivo. El aspecto importante de los KPI es que siempre debe acercarnos a lograr nuestro crecimiento: convertir a un interesado o un cliente potencial en una oportunidad podría ser un objetivo potencial, y también debe ser INTELIGENTE (SMART): cuánto quiere crecer una boutique de arquitectura en los próximos 3 o 6 meses, y medir este crecimiento con la ayuda de los propios KPI (nuevos clientes, proyectos ganados, partners o clientes corporativos o bien encargos individuales).
Una vez que tenemos una meta, diseñamos las palancas de crecimiento. Los impulsores, o palancas de crecimiento, son las formas hipotéticas en las que un despacho de arquitectura o un arquitecto individual pueden alcanzar este objetivo.
- ¿Podemos seguir de cerca las próximas licitaciones?
- ¿Quizás hay una lista de constructores con los que podríamos comenzar una colaboración?
- ¿Existen posibles socios que puedan incorporar nuestros servicios en su portafolio a cambio de un porcentaje de nuestros ingresos del proyecto?
Las formas generales de lograr estos objetivos se denominan palancas de crecimiento, y luego usaremos la metodología para validar o rechazar estas palancas a través de la experimentación.
Los experimentos son la forma de ver si un motor de crecimiento, o una palanca de crecimiento, es el que realmente nos traerá crecimiento. Si buscamos asociaciones duraderas, tal vez deberíamos comenzar primero con uno o dos socios y luego diseñar el programa basado en el resultado de estos experimentos. Si planeamos optar por licitaciones abiertas, podríamos monitorearlas en función de la probabilidad de ganar, después de una serie de experimentos. La parte más importante de la metodología es el seguimiento de los aprendizajes.
Los aprendizajes son esenciales para realizar un seguimiento de lo que funcionó y lo que no funcionó en un contexto de experimentos futuros que se implementarán y, por lo tanto, no volver a cometer el mismo error.
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