Growth Hacking es una disciplina que busca la máxima optimización del negocio en pos del incremento de beneficios; es, en otras palabras, una práctica que busca el mayor crecimiento posible mediante el mínimo gasto y esfuerzo.
Nacido entre las startups, el Growth Hacker es un perfil transdisciplinar que requiere un perfil técnico y analítico con un lado creativo y curioso. Ello es porque, si bien el Growth Hacker necesita conocer el funcionamiento de los negocios, su profesión se caracteriza por identificar los puntos clave y actuar sobre estos de maneras poco comunes y saliéndose de lo estándar.
Basado en una metodología de experimentación continua, el Growth Hacking sigue una serie de pasos: El primero es el análisis global del negocio. El siguiente es la identificación de las palancas de crecimiento; las palancas son aquellos puntos clave cuya optimización reportará un mayor incremento de beneficios. Tras identificar las palancas se llega a una fase de experimentación en la que se ejecutan experimentos asequibles y poco costosos tanto en tiempo como en dinero cuyo fin es activar tales palancas.
¿Puede aplicarse una disciplina como es el Growth Hacking al sector de la creación web? Por supuesto; y además resulta muy fácil. A continuación explicamos cómo:
El primer paso para hacer crecer un negocio es establecer un objetivo de crecimiento específico, medible, alcanzable, realista y temporal. Al ser profesionales del sector web, podemos querer cambiar o diversificar el target, podemos desear hacer proyectos más atrevidos, podemos querer lograr más clientes, podemos querer trabajar en proyectos más grandes…
Las vías de crecimiento son múltiples y para cada empresa o individuo serán únicas. Por ello lo que debemos hacer es elegir uno de los objetivos y aterrizar de manera que sea algo que podamos lograr de manera ágil y rápida
Un ejemplo podría, en caso de desear diversificar para lograr proyectos más atrevidos, establecer el objetivo siguiente:
“Queremos lograr que en los próximos 3 meses nos contacten 3 potenciales clientes que deseen que produzcamos proyectos más atrevidos y lo mediremos mediante el subtargeting”.
Bien, hemos establecido un objetivo de crecimiento. ¿Cómo vamos a lograrlo? Esta es la fase de elegir la palanca de crecimiento. Las palancas de crecimiento son estrategias mediante las cuales podemos lograr los objetivos propuestos; para elegir aquellas más acertadas sólo tendremos que pensar en qué estrategia nos permite lograr mayor retorno y supone el mínimo gasto posible.
- ¿Podemos lograr atraer a nuevos perfiles mediante una estrategia de Google y Facebook Ads?
- ¿O sería más útil hacer un rediseño de nuestra página web?
- ¿Sería más eficiente trabajar el posicionamiento SEO?
- ¿O podríamos empezar a hacer contenido marketing sobre proyectos similares a los que queremos producir?
- ¿Las RRPP aquí nos servirían?
Una vez elegida la palanca que accionamos llegamos a la fase de la experimentación. Los experimentos son aquellas acciones que llevaremos a cabo para ejecutar la estrategia. Si por ejemplo elegimos lograr el objetivo mediante una estrategia de rediseño web, ¿Qué acciones podríamos llevar a cabo? Podríamos hacer un rebranding, o trabajar para darle un diseño más atrevido y acorde con el tipo de proyectos que queremos realizar, podríamos abrir una sección de contenido - o adecuar la que ya tenemos abierta - para empezar a hablar de proyectos innovadores…
Todos aquellos experimentos que ejecutemos deben ser monitorizados y analizados.
Por último, en la siguiente y última fase registramos los experimentos realizados junto a los resultados obtenidos y los aprendizajes realizados. Ello impedirá que cometamos los mismos errores en un futuro y además nos volverá cada vez más eficientes con el tiempo ya que empezaremos a poder detectar lo que nos funciona y lo que no.
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