Growth Hacking es una palabra muy oída en los últimos tiempos. Las empresas han incluido un profesional del área en sus organigramas aunque no todas saben realmente lo que esta disciplina abarca y es que, muchas veces, suele confundirse o fundirse en Growth Hacking con el Marketing.
En pocas palabras, el Growth Hacking es una disciplina destinada a la máxima optimización y rentabilización posible del negocio en pos del incremento de su beneficio.
Dicha definición no tiene por qué dejar clara la diferencia con marketing, así que lo diremos de otra forma: Mientras el Marketer se enfoca en la comercialización y la venta del producto o servicio, el Growth Hacker se enfoca en la interrelación de las distintas partes que componen el negocio e identifica cuáles son aquellas partes cuya optimización reportará mayores beneficios. Es decir, mientras el campo de actuación de un marketer se limita a la comercialización y las ventas, el campo de actuación de un Growth Hacker es todo el negocio, ya que este podrá actuar sobre ventas pero también sobre la estrategia general de la empresa y en la gestión del producto o servicio en sí.
La industria veterinaria tiene mucho potencial de crecimiento dado el proceso de digitalización que los negocios están pasando en la actualidad. Aplicaciones de veterinaria, consultoría de salud virtual para animales y contenido instructivo para cuidar al animal son solo algunas de las propuestas que están surgiendo. Por ello a continuación explicamos los pasos que cualquier negocio de la industria veterinaria debe seguir para lograr crecer en estos momentos.
El primer paso es establecer un objetivo de negocio. Este debe estar relacionado con la parte del funnel que deseemos optimizar y debe ser específico, medible, alcanzable, realista y temporal.
Por ejemplo, podríamos poner el siguiente objetivo:
“Queremos aumentar un 15% la fidelización de nuestros clientes en los próximos 3 meses y lo mediremos mediante el tiempo de vida de un cliente y su recurrencia.
Una vez hemos establecido el objetivo, debemos buscar qué palanca de crecimiento accionar. La palanca no deja de ser, tal y como indica su nombre, aquella estrategia que nos permita lograr más con menos.
- ¿Qué nos va a permitir fidelizar a nuestros clientes?
- ¿Podríamos optar por una estrategia de personalización?
- ¿Nos sería útil utilizar una estrategia de comunicación?
- ¿O nos sería más útil un programa de fidelización con descuentos?
Una vez hayamos seleccionado la palanca de crecimiento pasaremos a la fase de experimentación. Los experimentos son aquellos motores, es decir acciones, mediante los cuales accionamos la palanca.
Si, por ejemplo, optamos por una estrategia de personalización,
- ¿Podríamos crear una ficha por animal que tratemos y compartirla con su dueño de manera que actualizamos ambas?
- ¿Podríamos dar a la persona que trae al animal acceso a un número mediante el cual podrá consultarnos cualquier cosa durante el proceso de recuperación del animal?
- ¿Podríamos regalar una placa con un número de identificación para que la persona lo pueda poner en el collar del animal?
Cada experimento que realicemos deberá ser monitorizado y analizado para así llegar a la última y más importante fase.
Por último, llegamos al registro de aprendizajes. Esta es la fase más importante ya que deberemos registrar cada experimento que hagamos junto a los resultados y los datos obtenidos y los aprendizajes realizados. Esto hará que no cometamos el mismo error dos veces y además, con el tiempo nos permitirá ir detectando qué tipo de estrategias y tácticas nos funcionan y cuáles no.
Para obtener más información sobre las palancas y los experimentos más efectivos para negocios de la industria veterinaria solo hace falta registrarse en Hypertry.