Actualmente el growth hacking es una metodología que ocupa las portadas de las revistas y miles de artículos en blogs y vídeos en canales especializados. Sin embargo, ¿Qué es realmente?
¿Se puede aplicar el growth hacking a la electricidad y la electrónica? ¿Puede el sector eléctrico y electrónico aplicar realmente la metodología de crecimiento y el marco de experimentación activa? Y lo más importante de todo, ¿Cómo puede ayudarte a tí o a tu empresa?
El growth hacking es un enfoque relativamente nuevo en el campo del marketing, que se centra en el crecimiento de las empresas. El objetivo de su metodología, extremadamente eficaz, es probar rápidamente las ideas que pueden repercutir en un aumento antes de invertir muchos recursos; también forma parte del proceso copiar y ampliar las ideas que pueden funcionar y modificar o abandonar las que no funcionan.
Esta metodología es aplicable a negocios de todo tipo de sector e industria, incluido el de electricidad y electrónica.
Para aplicar a este tipo de empresas las prácticas de growth hacking, se empieza por establecer las métricas que medirán el crecimiento. Las métricas clave deben ser siempre las que mejor aporten un aumento del beneficio neto, como puede ser el número de unidades de producto vendidas, margen neto de esta venta, si los clientes nos vuelven a comprar o qué media de dinero se gastan con nosotros.
Una vez que sabemos qué métricas son las más importantes, es el momento de establecer objetivos. Los objetivos deben ser SMART, es decir, específicos, medibles, alcanzables, relevantes y oportunos. Conseguir aumentar un 10% la ventas trimestrales, fabricar un 5% más de móviles al mes o conseguir más empleados en tu empresa son ejemplos SMART. Piensa en los objetivos como un incremento o disminución deseado de tus métricas clave.
Cuando ya hemos establecido los objetivos y sabemos en qué KPIs apoyarnos, es el momento de diseñar o idear nuestras palancas de crecimiento. Las palancas de crecimiento son formas hipotéticas de conseguir nuestros objetivos, y los iremos validando o rechazando a través de pequeñas campañas llamadas experimentos. Ejemplos de dichas palancas es nuestro poder de marca, cuántas personas nos recomiendan respecto a la competencia, nuestro reconocimiento en el sector…
Poder optimizar estas palancas nos debe reportar un beneficio mayor al coste de su optimización.
Una vez establezcamos nuestras palancas, pasaremos a una etapa de experimentación. Los experimentos son acciones poco costosas que llevamos a cabo para activar las palancas seleccionadas, testearlas y así poder decir si estas funcionan o no para nuestro negocio.
Si queremos lograr un mayor renombre en el sector, podríamos intentar destacar nuestros productos sobre los demás. ¿Cómo podemos destacarlos? un experimento sería pedir a nuestros clientes que nos recomienden o que nos dejen opinión o reseña.
Si en cambio optamos por intentar fidelizar a los clientes que ya tenemos, podríamos testear mediante un experimento de exclusividad o trato personalizado.
En caso de querer activar una palanca relacionada con la adquisición de nuevos clientes, podríamos usar una estrategia de inbound marketing donde brindemos a los usuarios información útil y les orientemos durante todo el proceso de compra hasta que lleguen a la etapa final y se conviertan en clientes.
La última etapa de la metodología del Growth Hacking es el registro de los experimentos realizados y los aprendizajes extraídos. Los aprendizajes son imprescindibles de documentar para poder en un futuro saber qué ha funcionado y evitar repetir los errores Hay que tener un ciclo de retroalimentación regular y hacer un seguimiento de los aprendizajes de forma constante.
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